VIEDMA, CIUDAD DE DIOS

Lo más triste que le pude suceder a una persona, es vivir en el pasado “si hubiera hecho esto, o si no hubiera hecho esto otro”, enfatizando los errores del ayer, viviendo de la amargura, del enojo, de la frustración por no haber alcanzado lo añorado. La falta de perdón el odio por lo que no hizo y por lo que le hicieron … Todos estos componentes en la vida de una persona son altamente explosivos, demoledores y se convierten en los ladrones de toda una vida. El apóstol Pablo sabia de lo que hablaba, en Filipenses 3:13,14 dice: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante, prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento  de Dios en Cristo Jesús.^” En otro tiempo él tuvo otro nombre, Saulo y él sabía que había hecho lo malo, consintiendo en la muerte de Esteban (El primer mártir de la iglesia), se había equivocado pensando que servía a Dios, pero en realidad se había vuelto su enemigo. El sabía que la única manera de poder seguir adelante, era aceptar el perdón de Dios y perdonarse por lo que había hecho. No había opción la única manera de salir adelante, era a la manera de Dios. De la misma manera para vos ! No hay otra alternativa!!! o te arrepentís, aceptás el perdón y te perdonás o vas a quedar condenado a vivir en lo que paso, sea bueno o malo. Si es malo te vas a llenar de tristeza, amargura, dolor, enojo, odio, y si es bueno te vas a llenar de culpa, por haber dejado de vivir o hacer aquellas cosas que produjeron significado a tu vida “antes era mejor, me acuerdo que oraba, que iba a la iglesia, que leía la Biblia, que le hablaba a la gente de Dios, ¡pero hoy no! eso ya fue!”. Si querés volver a empezar, a crecer, tenés que dejar de querer tener la razón y pensar que no podes, que tu vida es un fracaso y darle la razón a Dios él dice: “ estando convencido de esto: que el que en vosotros comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.” Filipenses 1:6. Él no se equivoca, de una vez por todas tenés que llegar a la conclusión que no podes cambiar tu pasado, solo lo podés redimir a través del Perdón. Acepta el perdón de Dios, perdónate por haber fracasado, por haberte equivocado, por haber hecho lo malo, y perdoná a aquellos que te dañaron, te lastimaron… se libre para vivir, crecer y cumplir el sueño de Dios para tu vida. Si redimís tu pasado, cambia tu presente y tu futuro. Empezarás a ver de otra manera la vida, las circunstancias venideras serán enfrentadas de una manera distinta. Será a la manera de Dios, y el servicio que prestes al Rey se volverá significativo, influyente, transformador, porque te atreviste a cambiar tu destino, a darle la razón a tu creador y ahora solo piensas “que todo lo puedes, porque Cristo Jesús es tu fuerza” y ahora tenés la certeza de que Él está con vos, que nunca te va a dejar ni desamparar, su palabra cobra fuerza y la mano del amado empieza a moldearte, para convertirte en un vaso de honra, ahora estás preparado para dejar la excusa que te había detenido y marchar para alcanzar la meta: el ser como Cristo y el llegar al cielo para ser galardonado por tu servicio en la extensión del reino y la edificación de su pueblo.